* Mayor apoyo a la diversidad. Después de un ataque terrorista, muchas personas pueden sentir con mayor firmeza la importancia de la diversidad y la inclusión. Es posible que reconozcan que los ataques terroristas suelen estar motivados por el odio y el miedo a los demás, y que celebrar la diversidad es una forma importante de combatir estas emociones negativas.
* Aumento de los prejuicios contra determinados grupos. Por el contrario, los ataques terroristas también pueden generar mayores prejuicios contra ciertos grupos, en particular aquellos que se perciben como asociados con los atacantes. Por ejemplo, en Estados Unidos hubo un aumento significativo del sentimiento antimusulmán después de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
* Mayor apoyo a políticas que promuevan la inclusión. Un ataque terrorista también puede conducir a un mayor apoyo a políticas que promueven la inclusión, como la reforma migratoria o las leyes contra la discriminación. Esto se debe a que las personas pueden darse cuenta de que la diversidad es una fortaleza y que puede ayudar a que sus comunidades sean más resilientes frente a la adversidad.
* Mayor deseo de seguridad. Un ataque terrorista también puede generar un mayor deseo de seguridad, lo que a veces puede conducir a políticas que restringen la inmigración o limitan los derechos de ciertos grupos. Por ejemplo, en Francia, hubo un fuerte aumento en el apoyo a los partidos de extrema derecha después de los ataques de París de noviembre de 2015, llevados a cabo por militantes del Estado Islámico.
La forma en que cambian las actitudes sobre la diversidad después de un ataque terrorista es compleja y multifacética. No existe una respuesta única, ya que el impacto de un ataque terrorista en la opinión pública puede variar dependiendo de una serie de factores, incluida la naturaleza del ataque, el clima político y la cobertura mediática del evento.