Si bien la tecnología puede ser una fuerza poderosa para mejorar nuestro nivel de vida, tiene un costo. Los nuevos bienes tecnológicos son a menudo gravosos para el medio ambiente. Este daño puede provenir de la adquisición de los recursos para producir nueva tecnología, o de subproductos tóxicos de la producción tecnológica. Puede consistir en residuos perjudiciales para el medio ambiente producidos por la tecnología en sí, o en el desecho de tecnología obsoleta.
Tecnología intensiva en recursos
Algunas categorías de tecnología, como la electrónica, requieren recursos que son difícil de adquirir sin dañar el medio ambiente. Por ejemplo, las baterías avanzadas en automóviles híbridos están compuestas de níquel y metales de tierras raras. La minería de estos materiales es una fuente importante de emisiones nocivas, que incluyen vapores de solventes, ácido sulfúrico y polvo de carbón. Las descargas de agua cargadas de ácido matan toda la vida vegetal y animal en las vías fluviales cercanas y han enfermado y matado a los residentes rurales cercanos. Esta minería tiene lugar principalmente en China, que ha admitido que vende las tierras raras a bajo precio porque sacrifica las normas de seguridad ambiental en el proceso de extracción. Existen baterías similares en electrónica de consumo personal, discos duros, pilas de combustible, turbinas eólicas, polvos de pulido y convertidores catalíticos.
Tecnología agrícola
Los avances en la tecnología agrícola han llevado a opciones de alimentos más baratas y diversas. , pero los avances tecnológicos que mejoran la producción, como pesticidas, herbicidas y fertilizantes químicos, también pueden dañar el medio ambiente. Los fertilizantes modernos aumentan los rendimientos, pero persisten en el medio ambiente local, dañando el suelo y las aguas subterráneas y creando zonas muertas en lagos y océanos. Los pesticidas pueden matar a las plagas que afectan a los cultivos actuales, pero también mata a los insectos y anfibios beneficiosos, y puede acumular una población de insectos resistentes a los pesticidas que dañarán los rendimientos futuros.
Productos derivados peligrosos
El uso de la tecnología puede aliviar nuestras vidas, pero también puede dañar el medio ambiente. El ejemplo más obvio del uso de tecnología que produce subproductos dañinos son los gases de efecto invernadero y otras emisiones tóxicas de la tecnología de transporte. La tecnología de refrigeración produce gases peligrosos que pueden dañar la capa de ozono y producir efluentes líquidos tóxicos que se abren camino hacia el drenaje y envenenan a los animales acuáticos. Incluso electrodomésticos como la lavadora de ropa crean aguas residuales cargadas de microplásticos que terminan en el océano, donde pueden ser comidas por aves y animales marinos.
Eliminación de tecnología
Los nuevos avances en tecnología a menudo hacen viejo tecnología inútil. El descarte de productos tecnológicos obsoletos o gastados es una fuente importante de daño ambiental. Por ejemplo, las bombillas fluorescentes compactas contemporáneas contienen mercurio, que es tóxico para los humanos y los animales. Los viejos termómetros también contenían mercurio, al igual que algunas baterías fabricadas antes de mediados de la década de 1990. Los vehículos desechados que permanecen en su lugar durante largos períodos eventualmente dejan fluir fluidos tóxicos en el suelo, donde matan plantas, animales y microbios del suelo. La lluvia puede lavar los contaminantes de la tecnología desechada en las vías fluviales, diseminando venenos a los sistemas naturales y al suministro de alimentos humanos.