Hablando en un sentido universal, "crecimiento marino" se refiere a toda la vida en el océano, incluidas las plantas acuáticas, los mariscos, los peces y los mamíferos acuáticos como las ballenas. Dentro de la industria naviera, "crecimiento marino" es un término que se utiliza para referirse específicamente a especies problemáticas que se adhieren o crecen en los buques y la infraestructura oceánica, lo que a menudo causa problemas en su funcionamiento.
Variedades
Tanto la flora como la vida animal pueden contribuir a los problemas causados por el crecimiento marino. Las plantas incluyen varias formas de algas, limo y algas marinas que pueden crecer profusamente en los cascos de los barcos, los pilotes y las porciones subacuáticas de estructuras tales como plataformas petrolíferas y muelles. Los animales incluyen percebes, mejillones y otras especies de mariscos adhesivos que se adherirán a cualquier superficie submarina y se reproducirán en grandes cantidades.
Razones para
Plantas y animales submarinos que se adhieren a las superficies como parte de su vida ciclo hacer esto como un medio de supervivencia y ventaja evolutiva. Algunas especies marinas obtienen ventajas al ser rápidas y móviles, mientras que otras se protegen a través de la técnica opuesta, al ser inmóviles e impermeables. Un percebe que se adhiere a una superficie, protegido por una capa rocosa y rodeado de millones de percebes, tiene muchas posibilidades de sobrevivir en la competencia de la vida submarina.
Impacto
El proceso de la vida vegetal y animal que crece en las estructuras subacuáticas humanas se conoce como "incrustaciones", y su impacto en la eficiencia y las ganancias de la industria naviera es enorme. Los cascos de barcos que están cubiertos de marisco harán que el barco sea mucho menos eficiente cuando viaje a través del agua. Los pilotes y postes que están contaminados con algas marinas y percebes están sujetos a una corrosión más rápida y necesitan un mantenimiento más frecuente.
Soluciones
La mayoría de los cascos de los barcos están pintados con pintura antiincrustante destinada a desalentar la adherencia de percebes, moluscos y otras formas de vida submarina. Los buques también se acoplan en seco periódicamente y se limpian con una combinación de lavado a presión y productos químicos. La prevención de las incrustaciones en los cascos de los buques se ha vuelto más difícil desde la prohibición de las sustancias organoestánnicas en 2003, en reacción a los peligros que estas sustancias presentan para la salud del océano.