La humanidad es la principal causa de contaminación de la tierra. Antes de la Revolución Industrial, que abarcó aproximadamente entre 1760 y 1850, las personas no tenían la capacidad técnica para contaminar masivamente el medio ambiente. Talaron bosques, tuvieron problemas de eliminación de desechos humanos y la contaminación de actividades como el curtido del cuero, el procesamiento de la carne y la minería, pero nada como los niveles de contaminación que resultaron de la industrialización. Las fuentes de contaminación actuales afectan a grandes áreas con contaminantes graves que amenazan el bienestar humano.
Tipos de contaminantes
Existen muchos tipos y fuentes de contaminación. La contaminación se produce por la deforestación, para la tala, la agricultura o el desarrollo, y la escorrentía agrícola, que transporta plaguicidas y fertilizantes. Los metales pesados como el plomo, el arsénico y el cadmio provienen de actividades mineras y desechos industriales. Los contaminantes orgánicos persistentes, o COP, son sustancias químicas tóxicas resultantes de la producción industrial, que ha aumentado drásticamente desde la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad. Los COP permanecen en el medio ambiente durante mucho tiempo. Los ejemplos son insecticidas comerciales, bifenilos policlorados o PCB y dioxinas. Otros residuos peligrosos nocivos para los humanos incluyen materiales radioactivos, solventes orgánicos, ácidos y álcalis.
Preocupaciones de salud humana
Las personas que trabajan en plantas químicas, minas, como aplicadores de pesticidas, o que viven cerca de lugares inseguros los sitios de eliminación de desechos peligrosos corren el riesgo de exposición directa a los contaminantes. Los químicos tóxicos se pueden inhalar, ingresar a través de la piel o comerse con comida y agua. Los metales pesados como el plomo, el cadmio, el cromo y el arsénico son carcinógenos, afectan la reproducción y pueden causar la muerte. Los seres humanos expuestos a los COP pueden tener problemas de salud del desarrollo, del comportamiento, endocrinos, reproductivos, neurológicos e inmunológicos, según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA). Los pesticidas pueden afectar los sistemas nervioso y endocrino, causar irritación en la piel o los ojos, o causar cáncer, dependiendo del tipo de pesticida y del nivel de exposición.
Seguridad Alimentaria
Muchos contaminantes tóxicos entran en las plantas desde suelo contaminado. Las toxinas en las plantas contaminadas se acumulan en los tejidos de los animales que consumen las plantas y pasan a la cadena alimenticia a niveles tróficos más altos, ya que cada animal en la cadena alimenticia se convierte en presa. Algunos contaminantes aumentan la concentración en los tejidos de un nivel trófico a otro, un proceso llamado biomagnificación.
Los PCB y los compuestos similares a las dioxinas se acumulan en los tejidos grasos de animales y humanos. Los humanos adquieren dioxinas al comer carne, productos lácteos y pescado contaminados. La exposición a los PCB antes del nacimiento puede causar hiperactividad, un coeficiente de inteligencia más bajo, una lectura retrasada y un período de atención más corto, según el Instituto de Salud y Medio Ambiente de la Universidad de Albany. Las dioxinas son cancerígenas y afectan el sistema endocrino fetal. Los pesticidas son ampliamente utilizados en la agricultura, y pueden ser persistentes en los cultivos después de la cosecha. La EPA establece normas sobre el uso de pesticidas, incluida la evaluación de una "certeza razonable de que no dañan" los residuos de pesticidas en las plantas de alimentos.
Seguridad del agua
La contaminación del suelo es un problema mundial y muchos productos químicos tóxicos ser transportado lejos del sitio de origen por el agua y el viento. Tanto las aguas superficiales como las subterráneas pueden transportar contaminantes del suelo y extenderlos sobre un área amplia, a menudo cruzando las fronteras nacionales e internacionales. El agua potable puede contaminarse por la eliminación inadecuada de desechos humanos, causando enfermedades como el cólera, el tifus y la disentería, que son problemas graves en los países en desarrollo.