Los tsunamis se encuentran entre los desastres naturales más devastadores de la Tierra. El costo humano es asombroso; desde 1850, unas 420,000 personas han sido asesinadas por las enormes olas. Los tsunamis diezman la economía y la ecología de las áreas que atacan; han infligido un daño incalculable a propiedades costeras, comunidades y hábitats. Los tsunamis y los terremotos que los generan tienen repercusiones inmediatas y ramificaciones a largo plazo para las áreas inundadas.
Orígenes del tsunami
La mayoría de los tsunamis se originan en zonas de subducción, donde una placa tectónica oceánica densa se hunde bajo corteza continental más ligera. A medida que la fricción se acumula entre las dos placas, pueden atascarse. Cuando las placas se despegan repentinamente o una de ellas se fractura, la energía se libera como un terremoto. Durante un terremoto submarino, el movimiento vertical de una placa desplaza el agua sobre ella, generando ondas que se propagan a través de la superficie del océano. Las erupciones volcánicas y los deslizamientos de tierra submarinos también generan tsunamis. Debido a que los terremotos y los volcanes que los producen son difíciles de predecir con precisión, los tsunamis en sí mismos son casi imposibles de predecir. Cuando ocurre una perturbación tectónica, se pueden emitir advertencias de tsunami, aunque los tsunamis viajan a velocidades tales como 750 kilómetros por hora en promedio, que las áreas cercanas al epicentro tienen poco tiempo para prepararse.
Impacto Humano
La secuela humana más terrible e inmediata de un tsunami es la pérdida de vidas. Los tsunamis se cobraron más de 255,000 vidas entre 1900 y 2009, incluido el tsunami que se originó en Sumatra el 26 de diciembre de 2004, que mató a más de 225,000 personas. Los tsunamis también destruyen vastas extensiones de infraestructura y propiedad. La pérdida de vidas y materiales es causada por el impacto inicial de la ola del tsunami, seguido por el rápido retroceso del agua que transporta personas y escombros con ella.
Los tsunamis siguen afectando a las personas después de que las aguas han retrocedido. Los tsunamis pueden desbordar los sistemas de alcantarillado, destruir estructuras y dejar cuerpos en descomposición a su paso, lo que lleva a problemas de salud a largo plazo relacionados con el agua contaminada, la exposición y una mayor propagación de enfermedades. El daño psicológico también puede persistir; la Organización Mundial de la Salud descubrió que los sobrevivientes de Sri Lanka del tsunami de 2004 sufrían un trastorno por estrés postraumático dos años después del suceso.
Impacto ambiental
Los tsunamis pueden diezmar los ecosistemas en tierra y en el mar . En tierra, los animales mueren y las plantas se desarraigan. La inundación de agua salada puede promover la invasión de plantas tolerantes a la sal, tales como pastos y manglares, y la pérdida de fertilidad del suelo en las tierras de cultivo costeras. Los tsunamis también transportan grandes cantidades de arena, creando campos de dunas submarinas y remodelando las playas. El poder de las olas puede destruir incluso los fondos marinos rocosos; después del tsunami que asoló Japón el 11 de marzo de 2011, el Instituto Nacional de Investigación Pesquera de Tohoku descubrió que rocas grandes habían sido volcadas y golpeadas a lo largo de la costa, destruyendo comunidades enteras de erizos de mar y abulón, ambos recursos pesqueros vitales. Los tsunamis también ponen en peligro el medio ambiente local a través del transporte de desechos artificiales, incluidos los materiales de construcción; propagación de sustancias tóxicas, como el amianto y el petróleo; y liberación de radiación de las instalaciones nucleares dañadas.
Mitigación de las consecuencias del tsunami
La eliminación correcta de los desechos es clave durante la recuperación. La quema o descarga inadecuada de escombros podría causar daños secundarios a las personas y al medio ambiente. Durante la recuperación, las principales prioridades son asegurar el agua potable y la comida para las personas afectadas y contener material peligroso. Más allá de la ayuda inmediata, el costo de la reconstrucción es una carga a largo plazo. La infraestructura debe repararse antes de que la economía de una región pueda recuperarse. Las donaciones privadas y la ayuda de organizaciones nacionales e internacionales son cruciales a raíz de un tsunami.