La tundra es un bioma, o un tipo principal de comunidad ecológica, caracterizada por condiciones árticas y una relativa falta de vegetación. Muchas variedades de hongos pueden prosperar en este tipo de ambiente, ya que sobreviven descomponiendo restos orgánicos y pueden crecer en ausencia de luz solar. Las setas, los líquenes y otras variedades de hongos abundan en los bosques de Alaska y Rusia y en otros lugares del Ártico.
Hongos de taza
Los hongos en forma de taza o saco vienen en una variedad de colores, desde el amarillo brillante naranja a un marrón aburrido y poco atractivo. Aunque este tipo de hongos se encuentran entre las órdenes más prominentes que se encuentran en la tundra, su valor aún no se conoce. Crecen en restos de madera, pero pueden o no contribuir a la descomposición.
Club Fungi
Los hongos del club, llamados así por sus conchas en forma de maza y esporas, incluyen grupos como la jalea , poros, coral, puffball y hongos branquiales. Los hongos de gelatina de colores brillantes tienen la apariencia de anémona de mar y la textura de una piel suave y húmeda. Los hongos enanos, también conocidos como hongos de soporte o estante, tienen una textura a menudo carnosa, a veces carnosa y crecen como estantes de los lados de los árboles. Desempeñan un papel importante en la descomposición de los árboles, y algunas variedades se pueden comer o usar como medicina. Los hongos coralinos y los hongos puffball, fieles a sus nombres, aparecen como coral acuático o puffballs. Algunas variedades en este grupo son levemente venenosas, y ninguno de los grupos se come comúnmente. Los hongos, o hongos, a menudo son comestibles, pero se debe tener extremo cuidado al seleccionar un hongo silvestre para comer; algunos son mortalmente venenosos.
Hongos liquenizados
Los líquenes, una asociación entre algas y hongos, se encuentran comúnmente en la madera en varias etapas de descomposición. Estos hongos /híbridos de algas aparecen como una masa texturizada azul-verde que cubre troncos y troncos de árboles. Los líquenes pueden jugar un papel en el proceso de descomposición de la madera, pero no hay evidencia documentada que respalde esta creencia.