Un ecosistema puede ser tan pequeño como un charco de agua, o tan vasto como un desierto. Se puede definir como un área específica compuesta de organismos vivos, por ejemplo, flora y fauna, y los factores no vivos que conforman su hábitat. Dentro de ese ecosistema, un nutriente limitante es un elemento natural relativamente escaso. El crecimiento solo ocurre mientras el nutriente esté disponible.
Ecosistemas de agua dulce
Los lagos y ríos son sistemas de agua dulce que dependen del fósforo y el nitrógeno para mantener el equilibrio de la vida vegetal y animal en ellos. En términos generales, el fósforo es el nutriente limitante en los sistemas de agua dulce, lo que significa que hay menos fósforo en forma natural en los ríos y lagos que el nitrógeno; esto limita la cantidad de vida vegetal que puede crecer en un cuerpo de agua. Cuando aumentan las cantidades de fósforo, las plantas crecen a niveles molestos, estrangulando los ríos y dificultando la navegación. En los lagos, el exceso de fósforo alimenta las floraciones de algas que agotan el oxígeno del agua y pueden conducir a la muerte de los peces; este fenómeno se conoce como eutroficación. El exceso de fósforo ingresa en los cuerpos de agua de la escorrentía de fertilizantes en céspedes y plantas de tratamiento de aguas residuales.
Ecosistemas marinos
El nitrógeno y el fósforo se encuentran naturalmente en el océano, donde sustentan el crecimiento de plantas acuáticas que los moluscos y otros organismos marinos se alimentan. El nitrógeno es generalmente el nutriente limitante que mantiene en equilibrio los ecosistemas oceánicos. Cuando aumenta en cantidad, pueden producirse brotes de fitoplancton. La planta microscópica crece a un ritmo acelerado, formando una espuma verde en la superficie del agua cerca de la tierra. El exceso de nitrógeno entra en los ecosistemas oceánicos a través de la escorrentía de aguas pluviales y la quema de combustibles fósiles.
Ecosistemas terrestres
Las plantas que viven en ecosistemas terrestres, como un bosque, requieren trece minerales diferentes para vivir. Cuando uno de estos nutrientes falta o es escaso, se lo considera un nutriente limitante. El fósforo y el nitrógeno generalmente limitan los nutrientes porque las plantas requieren grandes cantidades de ellos diariamente. Sin embargo, los micronutrientes como el hierro y el boro pueden limitar los nutrientes si son escasos, mientras que existen cantidades adecuadas de nitrógeno y fósforo. Un nutriente del suelo en un suministro limitado da como resultado un retraso en el crecimiento o un número menor de plantas en un ecosistema.
Impacto en los ecosistemas
La limitación de nutrientes es importante porque determinan la cantidad de plantas disponibles para los animales dar. Esto influye en la cantidad de animales que pueden vivir en un determinado hábitat. Cuando un nutriente limitante es demasiado escaso, las poblaciones de animales disminuyen; cuando aumenta, las poblaciones de animales se hinchan. El nutriente limitante en un ecosistema no debe confundirse con factores limitantes tales como alimentos, refugio, temperatura y espacio, todos los cuales afectan el aumento y disminución de las poblaciones de animales. El término "nutriente limitante" se refiere a un elemento utilizado en la producción de alimentos, pero no al alimento en sí mismo.