* Falta de interés: Cuando los estudiantes no están interesados en una clase, es menos probable que se esfuercen por aprender el material. Esto puede hacer que se sientan abrumados y frustrados, lo que puede aumentar la probabilidad de hacer trampa.
* Baja autoestima: Los estudiantes con baja autoestima pueden tener más probabilidades de hacer trampa para sentirse mejor consigo mismos. Es posible que sientan que no son capaces de tener éxito en la clase sin hacer trampa, o que les preocupe ser juzgados por sus compañeros.
* Presión de grupo: Los estudiantes también pueden hacer trampa para encajar con sus compañeros. Si ven que otros estudiantes hacen trampa, es posible que se sientan presionados a hacer lo mismo para evitar ser excluidos.
* Falta de consecuencias: Cuando los estudiantes perciben que no hay consecuencias por hacer trampa, es más probable que adopten este comportamiento. Esto podría deberse a una falta de aplicación de las políticas de integridad académica o a la percepción de que las sanciones por hacer trampa no son lo suficientemente severas.
Es importante señalar que no todos los estudiantes que experimentan estos factores harán trampa. Sin embargo, estos factores pueden aumentar la probabilidad de hacer trampa y es importante que los educadores sean conscientes de ellos para crear un ambiente de aprendizaje que disuada la deshonestidad académica.