Los investigadores creen que esta diferencia se debe a la forma en que liberales y conservadores ven las recompensas. Los liberales tienden a creer que las recompensas deberían basarse en la necesidad, mientras que los conservadores tienden a creer que las recompensas deberían basarse en el mérito. Esta diferencia de creencias conduce a diferentes enfoques para estructurar los paquetes salariales.
Los liberales creen que todos deberían tener un nivel de vida digno, independientemente de su desempeño laboral. Como resultado, tienden a ofrecer salarios más altos para garantizar que sus empleados puedan satisfacer sus necesidades básicas. Los conservadores, por otro lado, creen que las personas deberían ser recompensadas por su arduo trabajo y sus logros. Como resultado, tienden a ofrecer salarios más bajos y bonificaciones más altas, lo que les da a los empleados la oportunidad de ganar más dinero si se desempeñan bien.
Los investigadores también descubrieron que las inclinaciones políticas de los directores ejecutivos pueden influir en la forma en que se comunican con los empleados sobre los salarios. Los liberales tienden a ser más transparentes en cuanto a los salarios, mientras que los conservadores tienden a ser más reservados. Esta diferencia en el estilo de comunicación puede generar diferentes niveles de confianza entre los directores ejecutivos y los empleados.
Por ejemplo, los empleados que trabajan para directores ejecutivos liberales pueden sentirse más cómodos discutiendo su salario con sus gerentes, mientras que los empleados que trabajan para directores ejecutivos conservadores pueden sentirse más reacios a hacerlo. Esta diferencia de confianza puede tener un efecto dominó en la organización en su conjunto.
Los hallazgos del estudio sugieren que las inclinaciones políticas de los directores ejecutivos pueden tener un impacto significativo en la estructura salarial de una empresa y en la moral de los empleados. Las empresas que sean conscientes de estos posibles efectos pueden tomar medidas para mitigarlos y garantizar que sus prácticas salariales sean justas y equitativas.