En febrero de 2014, el Banco Nacional de Kazajstán (NBK) devaluó el tenge un 19% frente al dólar estadounidense. La devaluación tenía como objetivo impulsar las exportaciones del país y hacer que sus productos fueran más competitivos en los mercados internacionales. Sin embargo, la devaluación también tuvo una serie de consecuencias negativas, incluido el empeoramiento de la situación de los pobres del país.
La devaluación del tenge disminuyó el poder adquisitivo de los pobres del país al encarecer la compra de bienes importados. Además, la devaluación también provocó un aumento en el costo de vida de los pobres, ya que los precios de los bienes y servicios de producción nacional también aumentaron. Esto se debió al hecho de que muchas empresas en Kazajstán importan sus insumos, por lo que el costo de producción aumentó como resultado de la devaluación.
Aumento del costo de vida
El aumento del costo de vida debido a la devaluación afectó desproporcionadamente a los pobres, quienes gastaron una gran parte de sus ingresos en necesidades básicas como alimentos y vivienda. Los precios de estos artículos aumentaron bruscamente, lo que dificultó que los pobres pudieran comprarlos. Como resultado, muchas familias se vieron obligadas a recortar sus gastos, lo que provocó una disminución de su nivel de vida.
Desempleo
La devaluación también contribuyó a un aumento del desempleo en Kazajstán. Muchas empresas del país se vieron obligadas a despedir trabajadores como resultado del aumento de los costos de producción. Como resultado, muchos kazajos perdieron sus empleos y no pudieron encontrar otros nuevos, lo que exacerbó aún más la situación económica de los pobres.
Conclusión
La devaluación del tenge en Kazajstán tuvo varias consecuencias negativas para los pobres del país. Encareció la compra de bienes importados, aumentó el costo de vida de los pobres y contribuyó a un aumento del desempleo. Estos factores se combinaron para empeorar la situación de los pobres del país.