1. Nieve fresca: La nieve tiene un albedo de alrededor de 0.8 a 0.9, lo que significa que refleja el 80-90% de la luz solar entrante. Es por eso que las montañas y paisajes nevados parecen tan brillantes.
2. nubes: Las nubes están formadas por gotas de agua o cristales de hielo, que reflejan una porción significativa de la luz solar. El albedo de las nubes puede variar, pero generalmente tienen un alto albedo, contribuyendo a la reflectividad general de la Tierra.
3. hielo marino: El hielo marino, como la nieve, es muy reflectante, con un albedo de alrededor de 0.5 a 0.8. Esta alta reflectividad juega un papel crucial en la regulación del clima ártico.