Rocas ígneas Se forman cuando la roca fundida (magma o lava) se enfría y solidifica. Esto puede suceder en la superficie de la Tierra, como cuando la lava se enfría después de una erupción volcánica, o en las profundidades del subsuelo, como cuando el magma se enfría lentamente dentro de la corteza terrestre. Las rocas ígneas se clasifican según su textura y composición. Algunos tipos comunes de rocas ígneas incluyen granito, basalto y obsidiana.
Rocas sedimentarias se forman a partir de sedimentos, que son trozos de roca, mineral u material orgánico que han sido depositados por el agua, el viento, el hielo o la gravedad. Con el tiempo, estos sedimentos son compactados y cementados por minerales para formar roca sólida. Las rocas sedimentarias se clasifican según su composición, tamaño de grano y textura. Algunos tipos comunes de rocas sedimentarias incluyen arenisca, piedra caliza y esquisto.
Rocas metamórficas Se forman cuando las rocas existentes cambian por calor, presión o reacciones químicas. Esto puede suceder cuando las rocas están enterradas a gran profundidad, donde están sometidas a altas temperaturas y presiones, o cuando entran en contacto con magma caliente. Las rocas metamórficas se clasifican según su textura, composición y el tipo de metamorfismo que han sufrido. Algunos tipos comunes de rocas metamórficas incluyen el mármol, la pizarra y la cuarcita.