Radiación electromagnética: Esta es la forma principal de transferencia de energía del Sol. Incluye un amplio espectro de longitudes de onda, pero los más significativos para la Tierra son:
* Luz visible: Este es el rango de longitudes de onda que nuestros ojos pueden ver, responsables de los colores que percibimos.
* Radiación infrarroja: Esta es una longitud de onda más larga que la luz visible, que transporta energía térmica que sentimos como calor.
* Radiación ultravioleta: Esta es una longitud de onda más corta que la luz visible, con energía que puede ser perjudicial para los organismos vivos.
Radiación de partículas: Si bien es menos significativo en términos de transferencia de energía en comparación con la radiación electromagnética, el sol también emite partículas como protones y electrones en forma de:
* Viento solar: Una corriente continua de partículas cargadas que fluyen del Sol.
* bengalas solares: Estallidos repentinos de energía que liberan cantidades masivas de partículas y radiación electromagnética.
* Ejecciones de masa coronal (CMES): Grandes explosiones de plasma y campos magnéticos que pueden enviar miles de millones de toneladas de material al espacio.
Estas partículas pueden interactuar con la atmósfera y el campo magnético de la Tierra, influyendo en el clima espacial y potencialmente causando interrupciones en los satélites y las redes de energía.
Por lo tanto, mientras el Sol transfiere principalmente energía a través de la radiación electromagnética, también emite partículas, agregando una segunda capa de transferencia de energía en forma de radiación de partículas.