* Las ondas cerebrales son increíblemente débiles: Si bien nuestros cerebros generan actividad eléctrica, los niveles de energía son extremadamente bajos. No son lo suficientemente poderosos como para interactuar directamente con el mundo físico para mover objetos.
* No conocida Conexión directa: No hay una forma conocida de convertir directamente las ondas cerebrales en una fuerza capaz de mover objetos físicos.
* Limitaciones de tecnología actual: Incluso con las interfaces avanzadas del cerebro (BCIS), que pueden interpretar señales cerebrales, el enfoque está en controlar los dispositivos digitales, no los objetos físicos.
Sin embargo, esto es lo que es posible:
* Control indirecto: Puede usar interfaces de computadoras cerebrales para controlar dispositivos que luego mover objetos. Por ejemplo, podría imaginar mover un brazo robótico, y el BCI traduciría ese pensamiento en comandos para el robot.
* Prosthetics: Las interfaces de computadora cerebrales se están utilizando para controlar las extremidades protésicas, lo que permite a las personas con amputaciones recuperar cierta movilidad.
La idea de mover objetos con pensamientos todavía está en el ámbito de la ciencia ficción. Si bien los avances en la neurociencia son emocionantes, todavía estamos lejos de lograr ese tipo de control mental directo sobre el mundo físico.