Nuestros antepasados usaron su propia fuerza física para cazar, recolectar comida, construir refugio y realizar otras tareas esenciales. Esto se considera la fuente de energía más básica y fundamental, anterior al uso de incendios, herramientas o cualquier otra tecnología.
Si bien puede parecer simple, el poder muscular fue la base de la supervivencia humana y el avance durante mucho tiempo. Permitió que los humanos tempranos se adaptaran a diferentes entornos, desarrollaran herramientas y tecnologías, y eventualmente avanzaran a usar otras fuentes de energía.