Aquí hay algunas posibilidades:
* Tony Robbins: Si bien el propio Robbins puede no haber acuñado la frase, la popularizó en su trabajo y enseñanzas. Con frecuencia usa esta idea en sus discursos y libros motivadores, destacando la importancia de dirigir su enfoque y energía hacia los resultados positivos.
* Origen desconocido: Es posible que el dicho haya estado circulando durante siglos, transmitido a través del boca a boca y varias enseñanzas filosóficas.
* autoayuda moderna: Muchos autores y entrenadores de autoayuda utilizan este concepto para enfatizar la conexión entre nuestros pensamientos y nuestras acciones.
En última instancia, la frase refleja una comprensión común de que nuestro enfoque mental influye en nuestras acciones y, en última instancia, nuestros niveles de energía. Es un poderoso recordatorio de que tenemos control sobre dónde dirigimos nuestra atención y cómo damos forma a nuestras experiencias.