Energía mecánica: Esta es la energía del movimiento. La energía eléctrica se puede utilizar para alimentar motores que luego convierten esta energía en trabajos mecánicos. Los ejemplos incluyen autos eléctricos, ventiladores y bombas.
Energía térmica: Esto también se llama energía térmica. La energía eléctrica se puede convertir en calor pasándola a través de una resistencia. Los ejemplos incluyen calentadores eléctricos, tostadoras y bombillas incandescentes.
Energía de la luz: La energía eléctrica se puede convertir en energía de luz utilizando dispositivos como LED (diodos emisores de luz) o bombillas incandescentes tradicionales.
Energía de sonido: La energía eléctrica se puede convertir en energía sonora impulsando los altavoces. Así es como escuchamos música y escuchamos voces de nuestros teléfonos y otros dispositivos.
Energía química: La energía eléctrica se puede usar para impulsar las reacciones químicas, como en la electrólisis, donde el agua se divide en hidrógeno y gas oxígeno.
Energía magnética: La corriente eléctrica crea campos magnéticos, y la interacción entre estos campos puede usarse para generar trabajos mecánicos, como se ve en motores y generadores eléctricos.
Energía nuclear: Si bien no es tan común, la energía eléctrica puede usarse para alimentar los reactores nucleares, que luego convierten la energía nuclear en calor y eventualmente en electricidad.
Otras formas: La energía eléctrica también se puede convertir en formas como energía potencial (como cargar una batería), o incluso en la energía utilizada en los láseres.
Es importante tener en cuenta que estas conversiones no siempre son 100% eficientes. Alguna energía siempre se pierde como calor debido a la resistencia en el proceso de conversión. Sin embargo, la energía eléctrica es una forma de energía muy versátil y útil que se puede convertir fácilmente en muchas otras formas.