* Energía entrante: La tierra recibe un flujo continuo de energía del sol en forma de radiación solar. Esta es la principal fuente de energía de casi toda la vida en la Tierra e impulsa los patrones climáticos, el clima y muchos procesos geológicos.
* Energía saliente: La Tierra también irradia energía hacia el espacio. Esta energía está principalmente en forma de radiación infrarroja, que es la energía térmica.
El equilibrio entre energía entrante y saliente es crucial para el clima de la Tierra. Mientras que la tierra recibe una gran cantidad de energía del sol, solo absorbe una porción. El resto se refleja en el espacio. La cantidad de energía absorbida determina la temperatura de la Tierra.
Factores clave:
* Efecto de invernadero: Los gases en la atmósfera, como el dióxido de carbono, atrapan parte de la radiación infrarroja saliente, evitando que escape al espacio. Este proceso natural se conoce como el efecto invernadero y mantiene la tierra lo suficientemente cálida para la vida.
* Albedo: La reflectividad de la superficie de la Tierra (albedo) también influye en la cantidad de energía que se absorbe. Por ejemplo, la nieve y el hielo reflejan más luz solar, mientras que las superficies más oscuras absorben más.
Por qué no es un sistema cerrado:
Si la Tierra fuera un sistema cerrado con respecto a la energía, significaría que ninguna energía podría entrar o irse. Esto conduciría a una serie de problemas:
* Deseficiente de temperatura: Sin el aporte del sol, la Tierra se enfriaría gradualmente.
* No hay energía para la vida: La biosfera de la Tierra se basa en la energía solar para la fotosíntesis, y sin ella, la vida dejaría de existir.
En resumen, el constante intercambio de energía de la Tierra con su entorno lo convierte en un sistema abierto. Este intercambio es esencial para mantener la temperatura de la Tierra y la vida de soporte.