1. Alta densidad de energía: Los combustibles fósiles contienen una gran cantidad de energía empaquetada en un pequeño volumen. Esto los hace eficientes para el transporte y la generación de energía, lo que requiere menos combustible para producir una cierta cantidad de energía en comparación con otras fuentes.
2. Infraestructura establecida: La infraestructura para extraer, procesar y transportar combustibles fósiles está bien establecida, lo que los hace fácilmente disponibles y relativamente económicos. Esto incluye tuberías, refinerías, centrales eléctricas y redes de distribución.
Si bien estas ventajas han convertido a los combustibles fósiles en una fuente de energía dominante en el pasado, su impacto ambiental y la búsqueda de alternativas más limpias están impulsando un cambio hacia fuentes de energía renovables.