Combustibles líquidos:
* queroseno: Un producto de petróleo altamente refinado, utilizado en motores como el SpaceX Falcon 9 y el Russian Soyuz.
* hidrógeno líquido: Un combustible muy eficiente pero criogénico, lo que significa que debe almacenarse a temperaturas extremadamente bajas. Usado en motores como el motor principal del transbordador espacial y las etapas superiores del cohete Ariane 5.
* oxígeno líquido: No es un combustible en sí, sino un oxidante, lo que significa que se combina con el combustible para crear combustión. Utilizado en combinación con queroseno, hidrógeno u otros combustibles.
Combustibles sólidos:
* Propulsores compuestos: Una mezcla de materiales sólidos como perclorato de amonio, polvo de aluminio y una carpeta. Utilizado en cohetes como los refuerzos de cohetes sólidos del transbordador espacial y los refuerzos de Ariane 5.
Otros combustibles:
* Monopropelantes: Compuestos químicos individuales que se descomponen para producir energía, como la hidrazina, que se usa en algunos sistemas de propulsión de naves espaciales.
* Propulsión eléctrica: Utiliza electricidad para acelerar a un propulsor, como el gas de xenón, para misiones de alta eficiencia y larga duración.
La elección del combustible depende de factores como los requisitos de la misión, los objetivos de rendimiento y el costo. Por ejemplo, los propulsores sólidos son más simples y más baratos de usar, pero ofrecen menos control que los propulsores líquidos. El hidrógeno líquido es muy eficiente, pero requiere almacenamiento y manejo criogénicos complejos.
En última instancia, el combustible utilizado en un motor de cohetes determina sus características de rendimiento, como empuje, impulso específico (eficiencia) y complejidad operativa.