Bajo la luz solar directa:
* Sin una regulación activa de la temperatura, el interior de una nave espacial expuesta a la luz solar directa puede alcanzar temperaturas extremadamente altas, que oscilan entre 120 °C (248 °F) y 180 °C (356 °F) o más.
En la sombra:
* Cuando no está bajo la luz solar directa y sin calefacción activa, la temperatura dentro de una nave espacial puede bajar significativamente, alcanzando temperaturas tan bajas como -180°C (-292°F) o incluso más frías.
Con regulación activa de temperatura:
* Las naves espaciales modernas están equipadas con sistemas de control ambiental que regulan la temperatura interior dentro de un rango cómodo, manteniendo típicamente temperaturas entre 20°C (68°F) y 25°C (77°F) para habitación humana.
Durante el lanzamiento y el reingreso:
* Durante la fase de lanzamiento, cuando una nave espacial está expuesta a un intenso calentamiento aerodinámico, las temperaturas en la superficie exterior de la nave espacial pueden aumentar extremadamente, hasta varios miles de grados Celsius. Es por eso que las naves espaciales tienen escudos térmicos para proteger a la nave espacial y a sus ocupantes de estas temperaturas extremas.
* Durante el reingreso a la atmósfera de la Tierra, las naves espaciales experimentan una fricción y un calor tremendos, lo que hace que las superficies exteriores vuelvan a alcanzar temperaturas extremadamente altas. Los escudos térmicos también son cruciales para proteger la nave espacial y su tripulación durante esta fase.
Es importante tener en cuenta que estos rangos de temperatura son aproximados y que las temperaturas reales dentro de una nave espacial pueden variar según el diseño específico de la nave, los objetivos de la misión y las condiciones ambientales encontradas.