Los cohetes no queman su combustible en el "espacio" como comúnmente se piensa, sino que transportan oxígeno en forma líquida o presurizada. Todo lo que necesita un cohete es un oxidante para facilitar la combustión; que lleva. Así, en el vacío del espacio o en las capas más densas de la atmósfera, un cohete funciona según el mismo principio simple de explosión controlada.