La temperatura a la que se condensa el vapor se llama punto de rocío. El punto de rocío depende de la presión del vapor. Cuanto mayor sea la presión, mayor será el punto de rocío.
El proceso de condensación se puede observar en la vida cotidiana. Por ejemplo, cuando te duchas, el agua caliente se evapora y se convierte en vapor. Cuando el vapor entra en contacto con el aire más frío del baño, se condensa y forma gotas de agua en las paredes y el suelo.
Otro ejemplo de condensación es cuando ves niebla o nubes. Tanto la niebla como las nubes se forman por la condensación del vapor de agua en el aire.