La capacidad de un material para conducir calor se mide por su conductividad térmica. El oro tiene una conductividad térmica de 318 W/m·K, mientras que el helio tiene una conductividad térmica de 0,152 W/m·K. Esto significa que el oro es 2000 veces más eficaz para conducir el calor que el helio.
La alta conductividad térmica del oro se debe a su alta densidad electrónica. Los electrones son capaces de transferir calor de manera muy eficiente, por lo que cuantos más electrones tenga un material, mejor conducirá el calor. El helio, por el contrario, tiene una densidad electrónica muy baja, por lo que es un mal conductor del calor.