Este principio tiene muchas aplicaciones en nuestras actividades diarias. Por ejemplo, cuando caminamos, empujamos nuestros pies contra el suelo y el suelo empuja nuestros pies hacia atrás. Esto crea una fuerza que nos impulsa hacia adelante. El impulso de nuestro cuerpo es igual a nuestra masa multiplicada por nuestra velocidad. Mientras caminamos, nuestra velocidad cambia, pero nuestra masa sigue siendo la misma. Por tanto, el impulso de nuestro cuerpo también debe seguir siendo el mismo.
Otro ejemplo del principio de conservación del impulso es cuando lanzamos una pelota. Cuando lanzamos una pelota, ejercemos una fuerza sobre ella. Esta fuerza hace que la pelota acelere y avance. El momento de la pelota es igual a su masa multiplicada por su velocidad. A medida que la pelota avanza, su velocidad aumenta. Sin embargo, su masa sigue siendo la misma. Por tanto, el impulso de la pelota también aumenta.
El principio de conservación del impulso también se utiliza en muchos deportes. Por ejemplo, en el fútbol, los jugadores usan sus cuerpos para bloquear a otros jugadores. Cuando dos jugadores chocan, sus cuerpos ejercen una fuerza entre sí. Esta fuerza hace que los jugadores se muevan en diferentes direcciones. El impulso de cada jugador es igual a su masa multiplicada por su velocidad. Cuando los jugadores chocan, sus velocidades cambian. Sin embargo, sus masas siguen siendo las mismas. Por tanto, el impulso de cada jugador también cambia.
El principio de conservación del momento es una ley fundamental de la física. Tiene muchas aplicaciones en nuestras actividades diarias y en el deporte.