1. Energía química: La cerilla contiene energía química almacenada en forma de materiales combustibles como azufre, fósforo y clorato de potasio. Cuando la cerilla se golpea contra una superficie rugosa, la fricción genera calor, lo que inicia una reacción química. Esta reacción libera la energía química almacenada en la cerilla.
2. Energía Térmica (Calor): A medida que tiene lugar la reacción química, se genera una cantidad significativa de calor. Esta energía térmica hace que la cerilla se encienda y produzca una llama. La llama emite intenso calor y energía luminosa.
3. Energía luminosa: La combustión de la cerilla produce energía luminosa visible. Esta energía luminosa se libera en forma de llamas y proporciona iluminación.
4. Energía interna de las moléculas: El calor producido durante la reacción química aumenta la energía interna de las moléculas involucradas en el proceso. Este aumento de energía interna hace que las moléculas vibren y se muevan más rápidamente, lo que da como resultado temperaturas más altas y un aumento de la energía térmica.
Es importante tener en cuenta que, si bien estas reservas de energía aumentan cuando se enciende una cerilla, también se pierde algo de energía en el entorno en forma de calor disipado en el aire y energía sonora producida por la llama crepitante.