Por otro lado, durante un cambio físico, la sustancia cambia de forma o estado sin alterar su composición química. En este caso, la energía suele estar involucrada en forma de calor o trabajo, pero los cambios de energía suelen ser más pequeños y reversibles en comparación con los cambios químicos. Por ejemplo, cuando el hielo se derrite, absorbe energía del entorno, y ocurre lo contrario cuando el agua se congela, liberando energía. Sin embargo, la composición química del agua sigue siendo la misma en todas partes.
En resumen, los cambios químicos implican importantes cambios de energía debido a la rotura y formación de enlaces químicos, dando lugar a reacciones exotérmicas o endotérmicas. Los cambios físicos implican cambios de energía más pequeños y reversibles asociados con cambios de estado o forma sin alterar la composición química de la sustancia.