Cuando un combustible se quema, produce hollín, que son pequeñas partículas de carbono. Estas partículas pueden volverse incandescentes, lo que significa que emiten luz cuando se calientan a una temperatura suficientemente alta. La incandescencia de las partículas de hollín es lo que da a la llama su aspecto luminoso.
2. Quimioluminiscencia
La quimioluminiscencia es la emisión de luz como resultado de una reacción química. En una llama, la quimioluminiscencia se produce cuando ciertas especies químicas, como el monóxido de carbono y el formaldehído, reaccionan con el oxígeno. La energía liberada por estas reacciones se encuentra en forma de luz.
3. Ionización
Cuando una llama está muy caliente, puede provocar que los átomos y moléculas del combustible se ionicen. Esto significa que pierden sus electrones, dejando atrás iones cargados positivamente. La recombinación de iones con electrones puede liberar energía en forma de luz.
Las contribuciones relativas de estos tres mecanismos a la luminosidad de una llama dependen del tipo de combustible y de las condiciones en las que se quema. Por ejemplo, una llama que quema una mezcla rica de combustible (es decir, una con una alta relación combustible-aire) producirá más hollín y, por lo tanto, será más luminosa que una llama que quema una mezcla pobre de combustible. De manera similar, una llama que arde a alta temperatura producirá más quimioluminiscencia e ionización que una llama que arde a baja temperatura.