1. Consumo de oxígeno :La fotorrespiración consume oxígeno, que es un recurso precioso para las plantas. El oxígeno se utiliza en el proceso de fosforilación oxidativa, que es responsable de la síntesis de ATP, la moneda energética de las células. Sin embargo, durante la fotorrespiración, el oxígeno se consume sin generar ATP, lo que provoca un desperdicio de este recurso esencial.
2. Liberación de dióxido de carbono :La fotorrespiración libera dióxido de carbono, que es producto de la degradación de ribulosa-1,5-bisfosfato (RuBP), el principal aceptor de dióxido de carbono en la fotosíntesis. Esta liberación de dióxido de carbono compensa la fijación de dióxido de carbono que ocurre durante el ciclo de Calvin, reduciendo la eficiencia general de la fotosíntesis y limitando la capacidad de la planta para producir compuestos orgánicos.
3. Ineficiencia energética :La fotorrespiración disipa la energía en forma de calor. La descomposición de RuBP durante la fotorrespiración libera energía que no se utiliza para la síntesis de ATP. En cambio, esta energía se pierde en forma de calor, lo que reduce la eficiencia energética general de la fotosíntesis.
4. Necesidad de nitrógeno :La fotorrespiración requiere la participación de compuestos nitrogenados, particularmente amoníaco. La formación de amoníaco a partir de la glicina, producto de la fotorrespiración, consume energía y recursos nitrogenados. El nitrógeno es un nutriente crucial para las plantas y su desviación hacia la fotorrespiración puede limitar otros procesos esenciales como la síntesis de proteínas y el crecimiento.
En general, la fotorrespiración representa un proceso derrochador para las plantas, ya que consume oxígeno, libera dióxido de carbono, disipa energía y desvía recursos de nitrógeno sin contribuir a la síntesis de compuestos orgánicos.