Una de las razones por las que algunos pulgones no soportan el calor es que sus cuerpos no pueden regular muy bien su temperatura. Los pulgones tienen una alta relación superficie-volumen, lo que significa que pierden calor rápidamente de sus cuerpos. Esto los hace más susceptibles al sobrecalentamiento en climas cálidos.
Otra razón por la que algunos pulgones no soportan el calor es que es más probable que se deshidraten cuando hace calor. Los pulgones beben mucha agua y la pierden rápidamente de su cuerpo cuando hace calor. Esto puede provocar deshidratación, lo que puede provocar que los pulgones se debiliten y mueran.
Finalmente, algunos pulgones son más susceptibles al ataque de enemigos naturales en climas cálidos. Los enemigos naturales, como las mariquitas y las avispas parásitas, son más activos en climas cálidos y pueden encontrar y atacar a los pulgones más fácilmente. Esto puede provocar una disminución de las poblaciones de pulgones en climas cálidos.
Los efectos del calor sobre los pulgones pueden variar según la especie de pulgón y las condiciones ambientales específicas. Algunos pulgones son más tolerantes al calor que otros, y algunos ambientes son más propicios para la supervivencia de los pulgones que otros. Sin embargo, en general, el calor puede ser un factor estresante importante para los pulgones y puede provocar una disminución de la población.