Un enfoque implica la creación de un modelo informático de una protocélula, que es una representación simplificada de una célula viva. El modelo puede incluir varias reacciones químicas que podrían haber ocurrido en el medio ambiente de la Tierra primitiva, como la formación de moléculas orgánicas a partir de precursores inorgánicos y las interacciones entre estas moléculas. Al ejecutar el modelo y simular diferentes condiciones, los investigadores pueden explorar cómo estas reacciones podrían haber llevado al surgimiento de redes metabólicas autosostenidas.
Otro enfoque implica realizar experimentos de laboratorio que recreen las condiciones de la Tierra primitiva. Estos experimentos pueden implicar mezclar diferentes productos químicos y compuestos en condiciones controladas para ver si pueden producir los tipos de reacciones que podrían haber conducido al metabolismo. Por ejemplo, los investigadores han realizado experimentos simulando respiraderos hidrotermales en el fondo del océano, que se cree que fueron sitios importantes para el origen de la vida.
La combinación de modelos informáticos y experimentos de laboratorio puede ayudar a los científicos a comprender mejor las posibles vías y mecanismos que condujeron al origen del metabolismo en la Tierra primitiva. Al estudiar las reacciones e interacciones químicas que podrían haber ocurrido en las condiciones de la Tierra primitiva, los investigadores pueden comprender mejor cómo surgió y evolucionó el metabolismo.