1. Falta de infraestructura :Actualmente, la infraestructura de hidrógeno en Europa es limitada, con un pequeño número de estaciones de servicio de hidrógeno en comparación con las estaciones de servicio convencionales. Esta falta de infraestructura dificulta que los automóviles propulsados por hidrógeno puedan viajar largas distancias o ser adoptados a gran escala.
2. Altos costos :Los vehículos de pila de combustible de hidrógeno y la infraestructura asociada siguen siendo relativamente caros en comparación con los vehículos convencionales. El costo de producir, transportar y almacenar hidrógeno es más alto que el de los combustibles tradicionales, lo que hace que el costo total de poseer y operar un automóvil propulsado por hidrógeno sea significativo.
3. Alcance y tiempo de repostaje limitados :Los coches actuales propulsados por hidrógeno tienen una autonomía de conducción limitada en comparación con los vehículos convencionales. Además, repostar un coche propulsado por hidrógeno lleva más tiempo que repostar un vehículo tradicional de gasolina o diésel. Esta autonomía y tiempo de repostaje limitados pueden resultar inconvenientes para viajes de larga distancia.
4. Competencia de otras tecnologías de combustibles alternativos :Los automóviles propulsados por hidrógeno enfrentan la competencia de otras tecnologías de combustibles alternativos, como los vehículos eléctricos de batería (BEV) y los vehículos híbridos. Los BEV están ganando cada vez más popularidad debido a sus cero emisiones, su autonomía mejorada y sus costos reducidos. Los vehículos híbridos ofrecen una combinación de energía eléctrica y de gasolina, lo que proporciona mayor eficiencia y reducción de emisiones.
A pesar de estos desafíos, en Europa se están realizando esfuerzos para promover el desarrollo y la adopción de vehículos propulsados por hidrógeno. La Unión Europea ha fijado objetivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover el transporte limpio. A medida que la tecnología mejora y se desarrolla la infraestructura, los automóviles propulsados por hidrógeno podrían desempeñar un papel en la futura combinación energética y ayudar a cumplir estos objetivos de emisiones. Sin embargo, es importante señalar que la adopción generalizada de automóviles propulsados por hidrógeno en Europa está sujeta a la superación de los desafíos actuales y puede tardar en materializarse.