Los autores del estudio utilizaron una variedad de modelos para proyectar cómo el cambio climático afectaría la distribución y abundancia de las especies marinas. Descubrieron que es probable que el calentamiento de las aguas tenga un impacto negativo en muchas especies, particularmente en aquellas que viven en regiones tropicales y subtropicales.
Por ejemplo, el estudio encontró que el calentamiento de las aguas podría provocar el colapso de los arrecifes de coral, que albergan una gran variedad de vida marina. Los arrecifes de coral son sensibles a los cambios de temperatura y química del océano, e incluso un pequeño aumento en la temperatura del agua puede provocar que se blanqueen y mueran.
El estudio también encontró que el calentamiento de las aguas podría provocar una disminución en la abundancia de las poblaciones de peces. Los peces son ectotérmicos, lo que significa que su temperatura corporal está regulada por la temperatura del entorno. Si la temperatura del agua sube demasiado, los peces se estresarán y no podrán alimentarse ni reproducirse adecuadamente.
La disminución de la vida marina podría tener un impacto significativo en el suministro de alimentos del mundo. El pescado es una fuente importante de proteínas para las personas en todo el mundo, y una disminución en las poblaciones de peces podría dificultar que las personas obtengan los nutrientes que necesitan.
Los hallazgos del estudio son un claro recordatorio de la urgente necesidad de abordar el cambio climático. Si no tomamos medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, podríamos ver una disminución significativa de la vida marina y un impacto devastador en el suministro mundial de alimentos.