- Adicionalidad: Las compensaciones de carbono solo deberían generarse a partir de proyectos que no se habrían realizado sin los pagos de compensación. Esto garantiza que las compensaciones representen realmente reducciones adicionales de emisiones de carbono.
- Messurabilidad: La cantidad de emisiones de dióxido de carbono reducidas o eliminadas por un proyecto debe cuantificarse y verificarse con precisión. Esto requiere mecanismos sólidos de seguimiento y presentación de informes.
- Permanencia: Las compensaciones de carbono deberían representar reducciones o eliminaciones permanentes de emisiones. Esto significa que el carbono almacenado en los bosques u otros proyectos no debería liberarse a la atmósfera en una etapa posterior.
- Transparencia: Todos los aspectos de los proyectos de compensación de carbono, incluido el diseño, la implementación, el seguimiento y la verificación del proyecto, deben ser transparentes y estar abiertos al escrutinio. Esto ayuda a generar confianza en el sistema y garantiza la rendición de cuentas.
- Evitar el doble conteo: Para evitar que la misma reducción o eliminación de emisiones de carbono se cuente varias veces, los créditos de carbono no deben contarse tanto para los objetivos de reducción de emisiones del comprador de compensación como para la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) del país o proyecto en virtud del Acuerdo de París.
Al adherirnos a estos principios, podemos ayudar a garantizar la integridad de las compensaciones de carbono y su contribución a la mitigación del cambio climático. Sin embargo, es crucial recordar que las compensaciones de carbono deben usarse como una estrategia complementaria, junto con los esfuerzos directos de reducción de emisiones, para lograr el objetivo final de una economía neta de carbono cero.