El modelo se basa en la idea de que todos los seres vivos están formados por un conjunto de moléculas que interactúan entre sí de una manera que da lugar a las propiedades de la vida. Estas interacciones se rigen por las leyes de la mecánica cuántica, que dictan cómo se transfiere la energía entre moléculas.
A bajas temperaturas, las moléculas pueden mantener sus propiedades cuánticas y sus interacciones pueden describirse utilizando los principios de la mecánica cuántica. Sin embargo, a medida que aumenta la temperatura, aumenta la energía térmica de las moléculas y las interacciones entre ellas se vuelven más caóticas. Esto puede alterar las propiedades cuánticas de las moléculas y provocar la ruptura de las leyes clásicas de la física.
El nuevo modelo tiene en cuenta los efectos de la mecánica cuántica y clásica sobre el comportamiento de los seres vivos. Esto permite que el modelo prediga cómo se adaptarán los organismos a diferentes entornos, incluidos aquellos extremadamente cálidos o fríos.
El modelo también podría ayudar a los científicos a comprender mejor cómo podría evolucionar la vida en condiciones extremas, como las que se encuentran en otros planetas o en las profundidades del océano. Al comprender cómo la temperatura afecta a la vida desde la escala cuántica hasta la clásica, el modelo podría proporcionar un marco para predecir cómo la vida podría adaptarse a diferentes entornos y cómo podría evolucionar con el tiempo.
El equipo de investigación incluía al físico teórico Edward Farhi, el biofísico James Fraser y el informático Ananth Grama. Actualmente, el equipo está trabajando para ampliar el modelo para incluir sistemas biológicos más complejos, como células y organismos.