Por ejemplo, el aumento del nivel del mar puede provocar la pérdida de tierras costeras, lo que puede desplazar a millones de personas y dañar o destruir infraestructura. Los fenómenos meteorológicos extremos, como huracanes, inundaciones y sequías, pueden causar daños generalizados a la propiedad y la infraestructura y también provocar la pérdida de vidas. Los cambios en los rendimientos agrícolas pueden alterar el suministro de alimentos y provocar un aumento de los precios de los alimentos, lo que puede tener un impacto negativo en la economía mundial.
Además de los costos económicos directos de la contaminación del aire, también existen una serie de costos indirectos, como el impacto en la salud humana y el medio ambiente. La contaminación del aire puede causar una variedad de problemas de salud, incluidos problemas respiratorios, enfermedades cardíacas y cáncer. Estos problemas de salud pueden provocar mayores costos de atención médica y pérdida de productividad. La contaminación del aire también puede dañar el medio ambiente, provocando la pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas. Estos impactos ambientales pueden tener un impacto negativo en la economía global, ya que pueden reducir la disponibilidad de recursos y hacer que sea más difícil para las personas vivir en ciertas áreas.
En general, los efectos climáticos de la contaminación del aire tienen un impacto significativo en la economía global y es importante tomar medidas para reducir la contaminación del aire a fin de mitigar estos impactos.