Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), "se ha detectado influencia humana en el calentamiento de la atmósfera y del océano, en cambios en el ciclo global del agua, en la reducción de la nieve y el hielo, en el aumento medio global del nivel del mar y en en muchos otros cambios observados en todas las regiones del mundo".
El IPCC también concluyó que "es extremadamente probable que la influencia humana haya sido la causa dominante del calentamiento observado desde mediados del siglo XX".
La quema de combustibles fósiles es la principal actividad humana que está contribuyendo al calentamiento global. Los combustibles fósiles liberan dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera, que atrapan el calor y provocan el calentamiento del planeta.
Los países ricos son los que han emitido la mayor cantidad de CO2 y otros gases de efecto invernadero a lo largo del tiempo, y siguen emitiendo más de lo que les corresponde. El 1% más rico de la población mundial es responsable de más del doble de las emisiones del 50% más pobre.
Los países ricos también tienen los recursos y la tecnología para reducir sus emisiones y ayudar a mitigar los efectos del cambio climático. Sin embargo, han tardado en tomar medidas y, a menudo, han antepuesto sus propios intereses económicos al bien global.
Los impactos del cambio climático ya se están sintiendo en todo el mundo y sólo empeorarán si los países ricos no toman medidas. Estos impactos incluyen el aumento del nivel del mar, fenómenos climáticos más extremos, sequías, inundaciones y escasez de alimentos.
Los países ricos tienen la obligación moral de tomar medidas contra el cambio climático.
Ellos son los que han causado el problema y tienen los recursos y la tecnología para solucionarlo. Deben dar un paso adelante y hacer lo que les corresponde para reducir las emisiones y ayudar a mitigar los efectos del cambio climático.