Resultados positivos:
Estímulo y reconocimiento: Cuando los empleados son apreciados y reconocidos por sacar a la luz sus inquietudes, es más probable que sigan haciéndolo. El reconocimiento público durante las reuniones de equipo o las notas personales de agradecimiento pueden aumentar la participación de los empleados.
Colaboración para la resolución de problemas: Cuando los líderes colaboran con los trabajadores para encontrar soluciones a los problemas, los empleados se sienten valorados e involucrados. Esto fomenta un ambiente de trabajo en equipo y discurso constructivo.
Tomar las preocupaciones en serio: Cuando los líderes analizan con prontitud y seriedad las inquietudes de los empleados, demuestran que toman en serio sus comentarios. Esto aumenta la confianza de los empleados y la probabilidad de que hablen.
Transparencia: Cuando los líderes son abiertos y honestos con los trabajadores, particularmente cuando discuten temas difíciles, es más probable que los empleados piensen que sus empleadores valoran sus opiniones y prestarán atención a sus preocupaciones.
Resultados negativos:
Desprecio o Despido: Cuando los líderes ignoran o desestiman las preocupaciones de los empleados, envían el mensaje de que sus opiniones no importan. Como resultado, los empleados dejarán de dar comentarios.
Represalias: Lo peor que puede hacer un gerente es tomar represalias de alguna manera contra los empleados que hablan de los problemas. Esto genera un efecto paralizador en toda la organización y efectivamente sofoca todo potencial para un debate saludable.
Falta de confianza: Cuando los líderes no dan seguimiento ni resuelven los problemas planteados por los empleados, pierden la confianza en la capacidad de los empleados para contribuir significativamente al éxito de la empresa.
Moral baja: La motivación y la felicidad general de los empleados en el lugar de trabajo disminuirán si sienten que no están siendo escuchados o valorados.