1. Temperaturas oceánicas más cálidas: A medida que el clima se calienta, la temperatura de la superficie del mar aumenta, proporcionando más energía a los huracanes. Las aguas más cálidas son como combustible para los huracanes, permitiéndoles intensificarse rápidamente y alcanzar categorías más altas.
2. Aumento de la humedad atmosférica: Una atmósfera más cálida contiene más vapor de agua. Esta humedad aumenta las precipitaciones de los huracanes, lo que provoca precipitaciones más intensas, inundaciones y deslizamientos de tierra durante el paso de la tormenta.
3. Mayor marejada ciclónica: El aumento del nivel del mar debido a la expansión térmica y el derretimiento de los glaciares contribuye a mayores marejadas ciclónicas. Cuando los huracanes tocan tierra, empujan un mayor volumen de agua hacia la costa, provocando inundaciones más extensas y destructivas.
4. Cambios en la circulación atmosférica: El cambio climático afecta los patrones de circulación atmosférica. Algunos estudios sugieren un debilitamiento de la cizalladura vertical del viento, lo que permite a los huracanes organizarse y fortalecerse de manera más eficiente.
5. Temporada ampliada de huracanes: El cambio climático puede prolongar la temporada de huracanes, provocando un aumento del número de tormentas. Este prolongado período de actividad significa que las comunidades tienen menos tiempo para recuperarse y reconstruir.
6. Ciclones tropicales en regiones atípicas: A medida que cambian los patrones climáticos, los ciclones tropicales podrían comenzar a aparecer en áreas que antes no estaban afectadas o con mayor frecuencia. Esto podría provocar tormentas severas y los peligros asociados a ellas en regiones que no están acostumbradas a tales eventos.
7. Impactos combinados: Los efectos combinados de varios factores, como una mayor intensidad, más precipitaciones, mayores marejadas ciclónicas y una mayor duración, pueden provocar impactos catastróficos en las comunidades y ecosistemas costeros.
Es importante señalar que si bien el cambio climático influye en ciertos aspectos de los huracanes, otros factores de variabilidad natural, como El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), también contribuyen a la actividad y las características de los huracanes.