Evidencia científica:
1. Calor extremo: El cambio climático está provocando olas de calor más frecuentes e intensas. El calor extremo puede causar enfermedades relacionadas con el calor, como insolación, agotamiento por calor e incluso la muerte. Las olas de calor prolongadas también pueden exacerbar las condiciones de salud subyacentes, particularmente entre poblaciones vulnerables como los ancianos, los niños pequeños y las personas con enfermedades crónicas.
2. Humo de incendios forestales: Los incendios forestales, a menudo exacerbados por la sequía y las altas temperaturas inducidas por el clima, liberan contaminantes nocivos y partículas en el aire, lo que provoca una mala calidad del aire. La inhalación de humo puede causar problemas respiratorios, cardiovasculares y agravar afecciones existentes como el asma. La exposición prolongada puede provocar efectos crónicos en la salud.
Factores socioeconómicos:
1. Impactos desproporcionados: El calor extremo y el humo de los incendios forestales afectan desproporcionadamente a las comunidades de bajos ingresos, las comunidades de color y las zonas rurales. Estas poblaciones pueden tener acceso limitado a aire acondicionado, atención médica adecuada y recursos para evacuar durante desastres.
2. tensión de infraestructura: El calor extremo y el humo de los incendios forestales pueden afectar la infraestructura, como las redes eléctricas, los suministros de agua y los sistemas de transporte, lo que genera interrupciones y desafíos adicionales para la respuesta de emergencia.
Consideraciones de política:
1. Misión de FEMA: La misión principal de FEMA es brindar asistencia y apoyo financiero durante desastres importantes. Reconocer el calor extremo y el humo de los incendios forestales como desastres importantes permitiría a FEMA proporcionar recursos, incluidos fondos de ayuda en casos de desastre y programas de asistencia, a las comunidades afectadas.
2. Necesidad de un enfoque integral: Algunos argumentan que tratar el calor extremo y el humo de los incendios forestales como desastres importantes requiere un enfoque integral que involucre a múltiples agencias, como la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Esta coordinación garantizaría que se aborden las medidas ambientales, de salud pública y de respuesta a emergencias.
3. Sentando precedentes: Reconocer el calor extremo y el humo de los incendios forestales como desastres importantes podría sentar un precedente para considerar otros desastres no tradicionales, lo que generaría posibles desafíos en la asignación de recursos y debates sobre qué constituye un desastre.
4. Prevención y Mitigación: Si bien la respuesta a los desastres es importante, los formuladores de políticas también enfatizan la necesidad de estrategias de prevención y mitigación para abordar las causas subyacentes, como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para combatir el cambio climático y la implementación de planes comunitarios de resiliencia al calor.
En conclusión, la decisión de reconocer el calor extremo y el humo de los incendios forestales como desastres importantes implica consideraciones complejas de evidencia científica, impactos socioeconómicos, marcos políticos y asignación de recursos. Si bien reconocer estos eventos como desastres importantes podría brindar el alivio y el apoyo necesarios, también requiere un enfoque integral para abordar las causas profundas y promover la resiliencia frente a los desafíos cambiantes relacionados con el clima.