A medida que el mundo se calienta, el Océano Austral, en particular el océano que rodea la Antártida, tiene el potencial de absorber aún más CO2, según un nuevo estudio publicado en la revista _Science_. La investigación, realizada por un equipo de científicos del Reino Unido, Francia y Estados Unidos, encontró que la adición de polvo fino conocido como "aerosoles minerales" al agua del océano producía aumentos sustanciales en la actividad biológica. Este proceso provocó que creciera más fitoplancton (algas microscópicas), extrayendo carbono de las aguas superficiales.
Los hallazgos se derivaron de una serie de experimentos realizados en barcos en el Océano Austral, en los que los científicos agregaron aerosoles de hierro y polvo al agua del océano y monitorearon la respuesta del fitoplancton. Los resultados mostraron que la adición de aerosoles minerales impulsó sustancialmente el crecimiento del fitoplancton, siendo la respuesta particularmente pronunciada en áreas con baja deposición natural de polvo.
"Esta es la primera evidencia de fertilización de polvo por deposición atmosférica en cualquier parte del Océano Austral", dijo Eric Achterberg, profesor de la Universidad de Plymouth en el Reino Unido y autor principal del estudio. "Esto desafía el paradigma predominante de la fertilización con hierro en esta región e indica que el polvo también juega un papel crucial en la estimulación del crecimiento del fitoplancton aquí".
El Océano Austral es un importante "sumidero" de dióxido de carbono y calor de la atmósfera. Se estima que el Océano Austral absorbe actualmente aproximadamente el 20% de todas las emisiones de CO2 relacionadas con el hombre. Esta región también está experimentando algunas de las tasas de calentamiento más rápidas de cualquier parte del mundo, y los modelos climáticos predicen que el Océano Austral seguirá calentándose y almacenando aún más CO2 en el futuro.
Si los aerosoles de polvo realmente contribuyen significativamente a las capacidades de absorción de carbono del Océano Austral, cualquier interrupción a largo plazo de estos aportes de polvo (mediante cambios en los patrones de transporte de polvo atmosférico, por ejemplo) podría disminuir el efecto amortiguador del océano y acelerar el calentamiento global.