En primer lugar, Australia tiene algunos de los mejores recursos de energía renovable del mundo e invertir fuertemente en estas fuentes de energía crea nuevos empleos y oportunidades comerciales, al tiempo que reduce nuestra dependencia del petróleo y gas importados.
En segundo lugar, el mundo está haciendo una rápida transición hacia una economía de energía limpia y un país que se considere líder en esta transición estará bien posicionado para atraer inversiones y crear empleos. Al establecer objetivos ambiciosos para la eliminación gradual de los combustibles fósiles e invertir fuertemente en energía renovable, Australia puede aprovechar esta oportunidad y convertirse en una superpotencia mundial de energía limpia.
En tercer lugar, la eliminación gradual de las exportaciones de combustibles fósiles ayudará a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de Australia y ayudará a limitar el calentamiento global. No basta simplemente con reducir las emisiones en casa; También necesitamos reducir las emisiones causadas por los combustibles fósiles que exportamos.
La eliminación gradual de las exportaciones de combustibles fósiles no será fácil, pero es esencial si queremos evitar los peores efectos del cambio climático. Australia necesita mostrar liderazgo global y dar un ejemplo a seguir para otros países. Al hacerlo, podemos crear un futuro más limpio para nuestro planeta y para nuestros hijos.
En conclusión, eliminar las exportaciones de combustibles fósiles lo más rápido posible es una decisión económica estratégica que posicionaría a Australia como líder mundial en el sector de las energías renovables. Sin embargo, dicha eliminación debe gestionarse y apoyarse cuidadosamente para garantizar una transición justa para los trabajadores y las comunidades afectados. Al abandonar los combustibles fósiles y adoptar la energía limpia, Australia puede construir un futuro más próspero y sostenible.