El estudio, publicado en la revista "Gender &Society", encontró que las mujeres que ganaban más que sus maridos hacían un 25% menos de tareas domésticas que las mujeres que ganaban menos que sus maridos.
"Este es un hallazgo significativo", afirmó la autora del estudio, la Dra. Sarah Thebaud. "Sugiere que el poder económico dentro de un matrimonio tiene un impacto real en la división del trabajo".
El estudio utilizó datos de la Encuesta Nacional de Familias y Hogares para examinar la relación entre género, ingresos y tareas domésticas. Los investigadores descubrieron que cuanto más ganaba una mujer, menos probabilidades tenía de realizar tareas domésticas como cocinar, limpiar y lavar la ropa.
"Esto sugiere que las mujeres que tienen más poder económico tienen más probabilidades de poder negociar con sus maridos sobre la división del trabajo", dijo Thebaud. "Es más probable que digan:'Ya no voy a hacer esto, tú tienes que hacerlo'".
El estudio también encontró que las mujeres que ganaban más que sus maridos tenían más probabilidades de tener matrimonios igualitarios. Los matrimonios igualitarios se caracterizan por una división más equitativa del trabajo y del poder de toma de decisiones entre los cónyuges.
"Esto sugiere que el poder económico puede conducir a una mayor igualdad de género en el matrimonio", afirmó Thebaud. "Cuando las mujeres tienen más poder económico, es más probable que puedan negociar una división del trabajo y un poder de toma de decisiones más equitativos".
Los hallazgos del estudio tienen implicaciones para las políticas destinadas a promover la igualdad de género. "Las políticas que aumentan el poder económico de las mujeres, como la igualdad salarial y la licencia parental remunerada, podrían conducir a una división más equitativa del trabajo en el matrimonio y a una mayor igualdad de género en general", afirmó Thebaud.