Un ejemplo de CCU es la conversión de CO2 en metanol, un combustible de combustión limpia y producto químico de plataforma, utilizando la luz solar como fuente de energía. Este proceso requiere el uso de fotocatalizadores, que son materiales que pueden absorber energía de la luz solar y utilizarla para impulsar reacciones químicas. Cuando se exponen a la luz solar, los fotocatalizadores facilitan la reducción de CO2 a metanol en presencia de agua.
Luego, el metanol se puede utilizar como combustible para el transporte, ya sea directamente o mezclado con gasolina, o como materia prima para la producción de diversos productos químicos y plásticos. Mediante el uso de la luz solar, CCU permite la conversión de emisiones en materiales que pueden utilizarse para diferentes propósitos, ayudando a reducir el impacto ambiental y contribuyendo potencialmente a la producción de productos más sostenibles.