- Factores personales: Muchos políticos disfrutan del poder y el prestigio que conlleva su trabajo y pueden ser reacios a renunciar a ellos. Además, algunos políticos pueden sentir el deber de seguir sirviendo a sus electores, incluso si ya no son tan eficaces en su función.
- Factores políticos: El sistema político puede dificultar la jubilación de los políticos. Por ejemplo, en algunos casos, los políticos pueden estar sujetos a elecciones revocatorias si dejan el cargo antes de que finalice su mandato. Además, a los políticos les puede preocupar que jubilarse perjudique las posibilidades de su partido de mantener el control del gobierno.
- Factores financieros: Algunos políticos pueden depender de sus carreras políticas para su bienestar financiero. Esto puede ser especialmente cierto para quienes han pasado muchos años en el servicio público y no tienen otras fuentes de ingresos.
- Factores de circunscripción: Los políticos pueden sentirse obligados a seguir sirviendo a sus electores, especialmente si cuentan con un fuerte apoyo en su distrito o estado. Este sentido de responsabilidad puede impedirles jubilarse incluso cuando ya no sean efectivos en sus cargos.
Algunos sostienen que una edad de jubilación obligatoria para los políticos sería beneficiosa para Estados Unidos. Los defensores de este argumento creen que ayudaría a introducir nuevas ideas y perspectivas en el gobierno y haría más difícil para los políticos afianzarse en el poder. Además, sostienen que ayudaría a garantizar que los políticos estén física y mentalmente aptos para desempeñar sus funciones.
Sin embargo, también hay argumentos en contra de una edad de jubilación obligatoria para los políticos. Algunos creen que sería antidemocrático impedir que los ciudadanos se postulen para cargos públicos en función de su edad. Además, sostienen que una edad de jubilación obligatoria podría provocar la pérdida de políticos experimentados que todavía sean capaces de desempeñar su cargo de forma eficaz.
En última instancia, la decisión de instituir o no una edad de jubilación obligatoria para los políticos es compleja. Hay argumentos válidos en ambos lados de la cuestión y es importante sopesar cuidadosamente los posibles beneficios y desventajas antes de tomar una decisión.