MLI funciona reflejando el calor radiante hacia su fuente. Esto se consigue gracias a las múltiples capas de película aluminizada, que actúan como espejos para la radiación infrarroja. Las capas están separadas por tejidos espaciadores que crean espacios de aire, lo que reduce aún más la transferencia de calor. Como resultado, MLI puede proporcionar hasta un 97 % de reflectividad del calor radiante, lo que lo hace muy eficaz para reducir la pérdida de energía en los edificios.
Debido a su alto rendimiento y versatilidad, MLI se ha utilizado en varias misiones de la NASA, incluido el módulo lunar Apolo y el transbordador espacial. También se ha adoptado en la industria de la construcción, donde se instala en paredes, techos y pisos para mejorar la eficiencia térmica.
MLI es liviano, fácil de instalar y resistente al fuego, lo que lo convierte en una opción popular para aislamiento residencial y comercial. Sin embargo, es relativamente caro en comparación con los materiales aislantes tradicionales y puede requerir técnicas de instalación especializadas para lograr un rendimiento óptimo.