1. Conductividad eléctrica superior:
- El cobre tiene una conductividad eléctrica significativamente mayor en comparación con el grafito. Su resistividad es de aproximadamente 1,68 × 10 ^ -8 ohmios-metro, mientras que la resistividad del grafito puede variar según su estructura, pero generalmente es mayor. Una mayor conductividad permite que el cobre transporte corriente eléctrica de manera más eficiente con menores pérdidas de resistencia.
2. Menor resistividad:
- La resistividad del grafito también puede verse influenciada por factores como la temperatura, las impurezas y los defectos estructurales. El cobre, por otro lado, tiene una resistividad baja y relativamente estable, lo que garantiza un rendimiento constante en aplicaciones eléctricas.
3. Ductilidad y Flexibilidad:
- El cobre es muy dúctil y se puede estirar fácilmente para formar alambres finos sin volverse quebradizo. Esta flexibilidad lo hace conveniente para diversas configuraciones de cableado y permite una instalación eficiente en sistemas eléctricos complejos. El grafito, en cambio, es más quebradizo y menos adecuado para este tipo de aplicaciones.
4. Resistencia a la oxidación y la corrosión:
- El cobre tiene una resistencia relativamente buena a la oxidación y la corrosión. Si bien la exposición al aire puede provocar la formación de una fina capa de óxido en la superficie, no afecta significativamente la conductividad eléctrica del cobre. El grafito, sin embargo, es propenso a oxidarse y puede degradarse con el tiempo cuando se expone al oxígeno, aumentando su resistencia.
5. Menor costo:
- El cobre es un material relativamente asequible y disponible en abundancia en comparación con el grafito. Esta ventaja de costos respalda aún más su uso generalizado en el cableado eléctrico.
Si bien el grafito tiene excelentes propiedades de conductividad, sus limitaciones prácticas, su mayor resistividad, fragilidad y susceptibilidad a la oxidación lo hacen menos adecuado para aplicaciones generales de cableado eléctrico en comparación con el cobre.