La mayoría de los electroimanes son muy seguros. Los más fuertes, sin embargo, crean riesgos a partir de altas fuerzas, corrientes eléctricas y energía almacenada. Estos problemas son bien conocidos y pueden manejarse con un diseño y uso cuidadoso.
Proyectiles
Algunos electroimanes son tan fuertes que atrapan cualquier metal suelto. Los imanes de resonancia magnética (MRI) son lo suficientemente fuertes como para herir o matar a los objetos metálicos voladores.
Calor
Las grandes corrientes eléctricas utilizadas por los electroimanes fuertes generan calor. Algunos imanes pueden requerir refrigeración por agua. Si falla la refrigeración, el imán podría convertirse en un peligro de quemaduras, cortocircuitarse o incendiarse.
Chispear
Los electroimanes pueden almacenar mucha energía en su campo magnético. Si la corriente eléctrica se interrumpe o se reversa repentinamente, la energía se descargará, y puede quemar o derretir los interruptores y el cableado.
Explosión
Los electroimanes más fuertes, utilizados en la investigación, almacenan cantidades explosivas de energía . También crean grandes tensiones internas y externas. Estos imanes pueden fallar explosivamente.
Interferencia de dispositivos médicos
El campo de un electroimán fuerte puede interferir con los marcapasos y otros dispositivos médicos electrónicos. El campo puede hacer que el dispositivo falle o lo saque de su lugar en el cuerpo.