1. enlaces iónicos: Estos enlaces se forman cuando un átomo transfiere completamente uno o más electrones a otro átomo. Esto da como resultado la formación de iones (átomos cargados) que se sienten atraídos entre sí debido a sus cargos opuestos. Piense en la sal de mesa (NaCl) como un ejemplo.
2. enlaces covalentes: En este tipo de enlace, dos átomos comparten uno o más pares de electrones. Este intercambio crea una configuración de electrones más estable para ambos átomos. El agua (h₂o) es un buen ejemplo.
3. Bonos metálicos: Este tipo de enlace ocurre entre los átomos metálicos. En un enlace metálico, los electrones de valencia de los átomos de metal se delocalizan, lo que significa que son libres de moverse a través de toda la estructura metálica. Esto crea un mar de electrones que mantiene juntos los iones metálicos cargados positivamente. Piense en un alambre de cobre.
Es importante tener en cuenta que hay otros tipos de enlaces como enlaces de hidrógeno, fuerzas de van der Waals y coordinar enlaces covalentes. Estos a menudo se clasifican como interacciones más débiles en comparación con los tres tipos principales.