aromático: Esta es la característica más definitoria, ya que poseen una fragancia distintiva, a menudo fuerte.
volátil: Se evaporan rápidamente a temperatura ambiente, dejando poco o ningún residuo.
No grasiento: A diferencia de los aceites grasos, no se sienten grasosos ni grasos en la piel.
lipofílico: Se disuelven fácilmente en grasas y aceites, pero no en el agua.
Color: Puede variar ampliamente dependiendo de la fuente de la planta, que van desde claras e incoloras hasta ámbar o incluso verde.
densidad: Típicamente más denso que el agua, lo que significa que se hunden en el agua.
Viscosidad: Puede variar de delgado y líquido a grueso y almibarado.
Flamabilidad: Muchos aceites esenciales son inflamables, especialmente cuando se exponen al calor o al fuego.
Actividad óptica: Algunos aceites esenciales exhiben actividad óptica, lo que significa que giran el plano de la luz polarizada.
Composición química: Esta es la base de las propiedades únicas del aceite. Los aceites esenciales consisten en varios compuestos volátiles, que incluyen:
* terpenos: A menudo responsable de la fragancia.
* ésteres: Contribuir a los aromas florales o afrutados.
* aldehídos: Puede ser picante o picante.
* cetones: Contribuir a los aromas de alcanforáceo o menta.
* alcoholes: Contribuir a aromas frescos o herbáceos.
* fenoles: Puede tener propiedades antisépticas.
Aquí hay una nota importante: Si bien estas características son generalmente ciertas para aceites esenciales, puede haber variaciones dentro de diferentes tipos. Por ejemplo, algunos aceites son de color más grueso o más ligero que otros.
Es crucial recordar que los aceites esenciales se concentran y siempre deben usarse con precaución. La dilución con los aceites portadores y el almacenamiento adecuado son esenciales para un uso seguro y efectivo.